No todas las pieles son iguales. Las hay grasas, las hay secas, y también más claras o más oscuras. Dependiendo del tipo de piel que tengas deberás protegerte del sol de una forma u otra. Toma nota y protégete del sol siempre, ¡cuida tu piel!
Protegerte del sol es lo más importante que tienes que hacer este verano, así que toma nota y aprende sobre qué fototipo de piel es el tuyo. Tengas el tipo de piel que tengas deberás tener cuidado con las horas del día más calurosas (entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde) y con exposiciones solares prolongadas.
Las personas con un fototipo I o II tienen los ojos claros o pardos, el pelo rubio y la piel blanca o muy blanca. Generalmente les cuesta coger color en la piel y tienden a quemarse con facilidad, por eso deberán escoger siempre una protección solar alta (SPF 50). Sin embargo, las pieles con fototipos III y IV son algo más tostadas, se broncean y pocas veces se queman, y suelen tener el pelo más oscuro y los ojos marrones. Para estos dos tipos se recomienda el uso de protecciones medias (SPF 30 o SPF 20). Las pieles más oscuras o negras son fototipos V y VI también necesitan protección solar (SPF 20), aunque tengan la piel oscura deben protegerse del sol.
Recuerda que probablemente no necesites la misma protección solar al principio del verano que al final. Siempre es recomendable comenzar con protecciones más elevadas y, si nuestro bronceado va aumentando, podremos disminuir un poco la protección. Por ejemplo, pasar de una protección 50 a una 30, siempre y cuando evitemos las exposiciones solares prolongadas y las horas de más sol.
Te mostramos qué tipo de protección es la idónea para tu tipo de piel, pero siempre, ante la duda, elige la más elevada. No creas que ponerte una protección más elevada evitará que luzcas un buen bronceado, lo único que hará será protegerte mejor.

Foto: www.sesderma.es
¿A qué tipo de radiación nos exponemos?
Para entender cómo funcionan los protectores solares es necesario antes conocer el tipo de radiación a la que solemos exponernos. Hay que tener en cuenta que el sol emite tres tipos de rayos: los luminosos (proporcionan luz), los infrarojos (no queman pero provocan sensación de calor) y los ultravioletas. Estos últimos son los más perjudiciales y, de hecho, son aquellos contra los que actúan las cremas solares. La radiación ultravioleta se divide a su vez en 3 tipos, de acuerdo a su longitud de onda.
- Rayos UVA: son los que penetran en las capas más profundas de la piel y activan la producción de melanina, la causante de que consigamos ponernos morenos. Si bien no resultan tan nocivos para el organismo como los rayos UVB, los UVA son perjudiciales, pues deterioran la elastina y el colágeno de la piel; dicha acción provoca un envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas solares.
- Rayos UVB:son aquellos a los que tenemos que prestar especial atención, pues incrementan el riesgo de sufrir melanoma, un tipo de cáncer cutáneo de lo más agresivo. Estos rayos penetran en la capa superior de la piel, propiciando a su vez la aparición de ampollas y quemaduras. Así, los UVB son los más peligrosos, potencialmente si nos sometemos a ellos entre las 10 y las 14h, horario en el que se detecta mayor intensidad de estos rayos.
- Rayos UVC:los absorbe la capa de ozono y no llegan a penetrar en la atmósfera, así que por el momento no deben preocuparnos demasiado.
¿Alguna vez te has preguntado si tu crema fotoprotectora funciona cómo debería?
Sorprende saber que 6 de cada 10 personas utiliza de forma incorrecta su protector solar. Es más, ¿sabemos lo qué son? Se trata de productos que contienen sustancias químicas que absorben los rayos ultravioletas. Muchas, además, contienen componentes como el dióxido de titanio, la mica o el óxido de zinc, los cuales actúan como pantallas reflectoras de luz y de radiación.
Así, las cremas nos protegen a través de 2 vías:
Absorbiendo los rayos UVB y creando una pantalla que refleja la luz, impidiendo que penetre en nuestra piel. ¿Qué significan, entonces, los números que aparecen en el bote? Se trata de una guía que nos marca el índice de factor de protección solar (FPS), que a su vez nos indica el número de veces que el fotoprotector consigue aumentar la capacidad de defensa natural de la piel.
Para saber el tiempo que dura la protección solar, un buen consejo es multiplicar el FPS por 5; si nos aplicamos una crema con factor 10, por ejemplo, ésta nos protegerá durante 50 minutos. Cabe tener en cuenta, no obstante, que el resultado puede variar según el tipo de piel y la intensidad de los rayos del sol (la hora en la que estamos expuestos). Lo más recomendable es renovar la aplicación de la crema cada hora u hora y media, siempre teniendo en cuenta que tarda unos 30 minutos en hacer su efecto.
Consejos para escoger un protector solar adecuado:
- Hay que fijarse en el grado de FPS que proporciona; se recomienda escoger un factor entre los 15 y los 30.
- Debe tenerse en cuenta que en ningún caso las cremas solares resisten a agentes externos como el sudor o el agua; en muchos casos, no obstante, sí se indica el grado de protección que ofrecen bajo el influyo de estos agentes.
- Deben ser hipoalergénicos y ser compatibles con el resto de las sustancias de la fórmula.
- En ningún caso hay que fiarse de un producto caducado. De hecho, no se recomienda usar de un año para otro, ya que con el tiempo y la exposición al calor van perdiendo propiedades.
Artículo tomado textualmente de https://www.multiestetica.com/articulos/descubre-tu-fototipo-de-piel